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Iglesia de la Encarnación

La iglesia se levantó sobre terreno probablemente ocupado por una mezquita primero y por una iglesia mudéjar después, que coexistiría con la actual hasta 1754.
Las obras se iniciarion en 1541 con las trazas de la capilla mayor y la torre, a cargo de Diego de Siloé. Las obras de la nave corrieron a cargo de Juan de Maeda, continuadas hasta mediados del siglo XVIII, con trabajos en la bóveda de las naves y el coro.

El templo, de estilo renacentista aunque con rasgos góticos, es de nave rectangular, con capillas hornacinas poco profundas alojadas entre los contrafuertes. La nave está dividida en cuatro tramos por pilastras que rematan en una cornisa que recorre toda la iglesia, separando el cuerpo de capillas de las partes altas, donde se abren las ventanas de vuelta redonda. La capilla mayor es rectangular, con un arco carpanel poco profundo que cobija el retablo barroco con un tabernáculo neoclásico de mármol. Las pilastras del arco toral son distintas de las de la nave y denotan su carácter más antiguo. Se cubre por bóveda de las del mismo tipo que las de la nave, que sin duda son imitación de ésta.
La torre se levanta detrás de la cabecera. Es un simple prisma muy alto y macizo, con sólo dos ventanas decoradas con motivos de conchas y otros temas. La sacristía, que se aloja en la parte baja de la torre, posee un techo de artesonado que presenta canes muy menudos y bien labrados.
El exterior de la iglesia es sencillo y monumental a la vez. Los contrafuertes se hacen ver de una forma muy ligera en la base para desarrollarse en la parte alta del edificio, que cuenta con dos portadas, una frontal y otra lateral, ambas con doble cuerpo. La primera pertenece probablemente a Juan de Maeda, destacando el cuerpo superior con hornacina rematada con frontón trapezoidal. En la lateral, de estilo manierista, destaca un grupo escultórico de la Anunciación de gran expresividad.
En el interior de la iglesia, además de un importante archivo parroquial, muy bien conservado, destacan las pinturas procedentes del Convento de San Francisco, y una serie de esculturas del siglo XVIII.

 
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